África nació, ha vivido, vive y seguirá siendo saqueado. Su historia es de mucha sangre y decepciones. El tráfico de esclavos y el robo indiscriminado de sus riquezas son solamente la punta de iceberg de un continente que ha sido ocupado por el Imperio Romano, Los Islámicos y los Europeos.
La prueba más fidedigna de que su subdesarrollo es tan grande, es que en la actualidad su población que no puede comer ni vestirse. Culpa de aquello, es que en los años en que la colonización los invadió (1900 en adelante) su oro, diamantes, bronce entre otros minerales y riquezas fueron robados sin descaro.
En todos los años en que estuvieron bajo la dirección de los europeos, se fue formando un odio y rencillas internas que solo han logrado descolonizarse, como Libia en 1951 que fue el pionero, pero de ahí en más áfrica ha seguido con problemas de orden religioso, político y económico. Eso hasta hoy, en Siglo XX1.
sábado, 30 de mayo de 2009
jueves, 28 de mayo de 2009
Un continente saqueado
África. Continente donde confluyen 53 países. En sus más de 30 millones de kilómetros cuadrados habitan actualmente más de 900 millones de personas. Es el tercer continente en cuanto a tamaño, que cuenta con una historia digna de teleserie. Con innumerables fracasos pero también alegrías.
Hablar de África es decir prácticamente que fue la cuna del mundo. Claro, porque algunos afirman que ya sea por el sur o por el este de este continente procedieron ciertas especies que con el correr de los años fueron dando forma a lo que hoy conocemos como seres humanos.
Cuando transcurría el siglo I antes de cristo, se le dio nombre a esta tierra. ¿Cómo? Instaurado el Imperio Romano el tráfico de oro, esclavos, animales, etcétera que eran como una moneda de intercambio con Roma. Allí nació esta nominación, más bien tras la derrota de Cartago por Roma en la tercera guerra púnica se establece la provincia romana de África que abarcaría aproximadamente el Túnez actual.
Pero como habían dos áfricas, el punto de inflexión se produjo en el siglo VII con la llegada de los árabes a la zona, en lo que fue una invasión. Como alguna de las consecuencias de su llegada se expandió el Islam.
COLONIZADOS
En los años 1800 países europeos llegaron a África. Antes de aquello, y solo como dato, el 90% del territorio era administrado por los mismos africanos. Eso, después iba tener un giro impensado.
¿Pero cuales fueron los detonantes para que Europa mirase hacia África? El repentino interés por el continente vino determinado por la unificación alemana e italiana. Tras la guerra franco-prusiana de 1870, en la que Francia resultó derrotada, y fue allí cuando el escenario de la rivalidad europea se trasladó a África, donde Alemania dio batalla diplomática para controlar a sus rivales y tenerlos ocupados lejos de sus fronteras.
Así como en el Medio Oriente se habló de zonas de influencias, bueno aquí también las hubo. Y se decidió en Berlín (Alemania) entre los años 1884 y 1885, claro que era con un fin muy loable: Acabar con el comercio de esclavos.
En el discurso y en la intención era muy lindo. Pero, al poco tiempo la ambición de las naciones “más desarrolladas” llevó a que los países del continente negro fueran literalmente saqueados. Oro, diamantes, aceite, esclavos y cuanta cosa de valor existiese fue apoderada por los colonos, dejando en la más absoluta pobreza a África.
Este proceso se hizo fuerte en los años 1900 en adelante cuando países como Nigeria (que poseían bronce y marfil) fueron siendo ocupados por Gran Bretaña, o Ghana, Sudáfrica, por citar algunos.
Tras la primera guerra mundial los países como diamantes en Sudáfrica, el oro en Rodesia y Ghana, estaño en Nigeria ya estaban en poder de los europeos. Otros territorios también fueron recolonizados tras la caída germana en dicha confrontación. Así el mapa quedó de la siguiente manera: Los territorios alemanes en África se repartieron entre Francia, Inglaterra y Bélgica bajo la supervisión de la recién creada Sociedad de Naciones.
Si bien hasta ahora casi todo ha sido malo, con la llegada de los “poderosos” el continente tuvo un crecimiento en cuanto a su población y era ayudada económicamente por los “pater” países. Así aspectos como la economía y la educación tuvieron un repunte, claro que siempre bajo el alero de la discriminación entre negros y blancos. Obvio, no todo puede ser perfecto, y menos cuando se va a robar y no ha hacer obras de caridad.
Un ejemplo de aquello fue el “trabajo” de los portugueses. En sus dominios, el trabajo forzoso hacía que la vida de angoleños y mozambiqueños se diferenciara poco de la esclavitud real, mientras que en otras regiones la agricultura extensiva proletarizó a la población, con el agravante de que se acapararon las mejores tierras de labor para esos cultivos de exportación. Por otro lado, el arraigo de los europeos en países como Argelia, Kenia, o Rodesia empeoraría las cosas llegada la hora de la descolonización.
Hasta ahora son solo ejemplos, que dan muestra de lo que en esos territorios ocurrió verdaderamente. Para que decir los miles y miles de muertos a causa de esos trabajos forzosos o la sangre fría u crueldad de algunos “hacendados” que por el hecho de tener más hacían y deshacían. Total no habían leyes. Tenían chipe libre.
NADA ES PARA SIEMPRE
No siempre el que tiene más es el mejor. Eso lo experimentaron muy bien los colonos, quines al ver que sus cajas no cuadraban del todo debieron repensar sus situaciones y ver qué hacer con esos “negritos” y sus oros, diamantes, esclavos y un sin fin de otras cosas.
Ya en pleno Siglo XX los cuestionamientos sobre sus capacidades empezaron a rodar en la cabeza de los poderosos. Portugal fue uno de esos afectados, ayudado claro por su propio desorden interno. Francia pasó por lo mismo, y ese proceso le costó caro por la sangre se acumuló por toneladas de litros en naciones como Indochina y Argelia.
Terminada la segunda guerra, en los países africanos se dieron cuenta de que los poderosos no lo eran tal, y comenzó a fraguarse un proceso que las fue liberando de sus “colonizadores”. El ejemplo lo dió Libia en el año 1951 convirtiendose así en la primera colonia africana en lograr su independencia. Seis años después le seguiría Ghana (Colonia Británica que fue asechada también por Suecos, daneses, portugueres, entre otros)y de ahí en más las otras naciones.
Atrás empezaban a quedar los años en donde Inglaterra y Portugal se peleaban por el “Mapa Rosa” y los sectores de influencia, o 1904 cuando toda África era repartida como un pedazo de torta entre los europeos. Salvo Liberia y Etiopía.
¿QUÉ DEJARON?
Hambre, pobreza, sida, destrucción, países sin fuentes de riqueza. ¿Algo mas? Sí, harta muerte, violencia. África es hoy un continente que no tiene casi nada. Los que han logrado salir del hoyo son excepciones.
El paso de los “europeos” dio pie para que países como Uganda vivan en el más absoluto desamparo, teniendo que soportar a déspotas como Amín Dada que asesinó a cientos de miles de ugandeses. Todo gracias al descontrol y la falta de previsión.
Pero bueno, son los costos de la modernidad y la riqueza de la cual fueron usurpados los africanos, que hoy no tienen comida ni alimentos. Bono, líder de la banda U2, una vez dijo: “Niños, denle las gracias a Europa porque ustedes no tienen que comer y porque sus amigos se mueren” ¿Algo más que agregar?
Hablar de África es decir prácticamente que fue la cuna del mundo. Claro, porque algunos afirman que ya sea por el sur o por el este de este continente procedieron ciertas especies que con el correr de los años fueron dando forma a lo que hoy conocemos como seres humanos.
Cuando transcurría el siglo I antes de cristo, se le dio nombre a esta tierra. ¿Cómo? Instaurado el Imperio Romano el tráfico de oro, esclavos, animales, etcétera que eran como una moneda de intercambio con Roma. Allí nació esta nominación, más bien tras la derrota de Cartago por Roma en la tercera guerra púnica se establece la provincia romana de África que abarcaría aproximadamente el Túnez actual.
Pero como habían dos áfricas, el punto de inflexión se produjo en el siglo VII con la llegada de los árabes a la zona, en lo que fue una invasión. Como alguna de las consecuencias de su llegada se expandió el Islam.
COLONIZADOS
En los años 1800 países europeos llegaron a África. Antes de aquello, y solo como dato, el 90% del territorio era administrado por los mismos africanos. Eso, después iba tener un giro impensado.
¿Pero cuales fueron los detonantes para que Europa mirase hacia África? El repentino interés por el continente vino determinado por la unificación alemana e italiana. Tras la guerra franco-prusiana de 1870, en la que Francia resultó derrotada, y fue allí cuando el escenario de la rivalidad europea se trasladó a África, donde Alemania dio batalla diplomática para controlar a sus rivales y tenerlos ocupados lejos de sus fronteras.
Así como en el Medio Oriente se habló de zonas de influencias, bueno aquí también las hubo. Y se decidió en Berlín (Alemania) entre los años 1884 y 1885, claro que era con un fin muy loable: Acabar con el comercio de esclavos.
En el discurso y en la intención era muy lindo. Pero, al poco tiempo la ambición de las naciones “más desarrolladas” llevó a que los países del continente negro fueran literalmente saqueados. Oro, diamantes, aceite, esclavos y cuanta cosa de valor existiese fue apoderada por los colonos, dejando en la más absoluta pobreza a África.
Este proceso se hizo fuerte en los años 1900 en adelante cuando países como Nigeria (que poseían bronce y marfil) fueron siendo ocupados por Gran Bretaña, o Ghana, Sudáfrica, por citar algunos.
Tras la primera guerra mundial los países como diamantes en Sudáfrica, el oro en Rodesia y Ghana, estaño en Nigeria ya estaban en poder de los europeos. Otros territorios también fueron recolonizados tras la caída germana en dicha confrontación. Así el mapa quedó de la siguiente manera: Los territorios alemanes en África se repartieron entre Francia, Inglaterra y Bélgica bajo la supervisión de la recién creada Sociedad de Naciones.
Si bien hasta ahora casi todo ha sido malo, con la llegada de los “poderosos” el continente tuvo un crecimiento en cuanto a su población y era ayudada económicamente por los “pater” países. Así aspectos como la economía y la educación tuvieron un repunte, claro que siempre bajo el alero de la discriminación entre negros y blancos. Obvio, no todo puede ser perfecto, y menos cuando se va a robar y no ha hacer obras de caridad.
Un ejemplo de aquello fue el “trabajo” de los portugueses. En sus dominios, el trabajo forzoso hacía que la vida de angoleños y mozambiqueños se diferenciara poco de la esclavitud real, mientras que en otras regiones la agricultura extensiva proletarizó a la población, con el agravante de que se acapararon las mejores tierras de labor para esos cultivos de exportación. Por otro lado, el arraigo de los europeos en países como Argelia, Kenia, o Rodesia empeoraría las cosas llegada la hora de la descolonización.
Hasta ahora son solo ejemplos, que dan muestra de lo que en esos territorios ocurrió verdaderamente. Para que decir los miles y miles de muertos a causa de esos trabajos forzosos o la sangre fría u crueldad de algunos “hacendados” que por el hecho de tener más hacían y deshacían. Total no habían leyes. Tenían chipe libre.
NADA ES PARA SIEMPRE
No siempre el que tiene más es el mejor. Eso lo experimentaron muy bien los colonos, quines al ver que sus cajas no cuadraban del todo debieron repensar sus situaciones y ver qué hacer con esos “negritos” y sus oros, diamantes, esclavos y un sin fin de otras cosas.
Ya en pleno Siglo XX los cuestionamientos sobre sus capacidades empezaron a rodar en la cabeza de los poderosos. Portugal fue uno de esos afectados, ayudado claro por su propio desorden interno. Francia pasó por lo mismo, y ese proceso le costó caro por la sangre se acumuló por toneladas de litros en naciones como Indochina y Argelia.
Terminada la segunda guerra, en los países africanos se dieron cuenta de que los poderosos no lo eran tal, y comenzó a fraguarse un proceso que las fue liberando de sus “colonizadores”. El ejemplo lo dió Libia en el año 1951 convirtiendose así en la primera colonia africana en lograr su independencia. Seis años después le seguiría Ghana (Colonia Británica que fue asechada también por Suecos, daneses, portugueres, entre otros)y de ahí en más las otras naciones.
Atrás empezaban a quedar los años en donde Inglaterra y Portugal se peleaban por el “Mapa Rosa” y los sectores de influencia, o 1904 cuando toda África era repartida como un pedazo de torta entre los europeos. Salvo Liberia y Etiopía.
¿QUÉ DEJARON?
Hambre, pobreza, sida, destrucción, países sin fuentes de riqueza. ¿Algo mas? Sí, harta muerte, violencia. África es hoy un continente que no tiene casi nada. Los que han logrado salir del hoyo son excepciones.
El paso de los “europeos” dio pie para que países como Uganda vivan en el más absoluto desamparo, teniendo que soportar a déspotas como Amín Dada que asesinó a cientos de miles de ugandeses. Todo gracias al descontrol y la falta de previsión.
Pero bueno, son los costos de la modernidad y la riqueza de la cual fueron usurpados los africanos, que hoy no tienen comida ni alimentos. Bono, líder de la banda U2, una vez dijo: “Niños, denle las gracias a Europa porque ustedes no tienen que comer y porque sus amigos se mueren” ¿Algo más que agregar?
viernes, 8 de mayo de 2009
Rafael Correa: La excepción venida del Guaya
Debe ser un agradecido. Parece estar tocado con una barita mágica. Es que, a decir verdad lo de Correa es sencillamente sorprendente. No por su gestión –que no ha sido mala, todo lo contrario- pero lo asombroso es que en tan poco tiempo ya entró en la historia de su país. Todo, gracias a que desde 1996, un mandatario no terminaba su periodo como presidente. Y él ahora eso lo logró.
Y debe estar aún más agradecido porque cuando fue ministro de economía del presidente Alfredo Palacios, pero a los pocos meses renunció por, según él, haber recibido presiones por parte de los organismos más poderosos (Banco Mundial), y les dejó muy claro a sus compatriotas quién era Rafael Correa.
Fue en ese entonces cuando se le cruzó por la mente postularse a candidato presidencial del Ecuador. Apoyado por el Movimiento PAIS (Patria, Altiva y Soberana), fue haciéndose participe de la vida política ecuatoriana. Si bien, al principio partió tercero en las encuestas de opinión, pronto su figura fue tomando fuerza para convertirse finalmente presidente, cargo del cual ejerce a partir del 15 de enero del 2007.
DEL GUAYAS A ILLINOIS
En 1987, Rafael Correa se gradúa de economista en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, lugar en donde no solo estudió, sino que también fue presidente de la asociación de estudiantes de su carrera.
Por eso, que desde eso entonces ya venía con esa beta de ser un líder carismático. Situación que ratificaría tiempo después cuando llegó al puesto más alto que una persona de un país puede ostentar: Presidente.
Pero antes, gracias a un convenio con algunas universidades, este hombre nacido en 1963 en Guayaquil tuvo la oportunidad de ir hasta el estado norteamericano de Illinos y estudiar en Illinois University, obteniendo el grado de PhD en el año 2001.
Por eso, cuando él era un candidato a la presidencia no dudo en decir “Soy el primer presidente economista de este país (...), pónganme a debatir con todos esos economistas juntos que no dan pie con bola”.
SUS 100 PRIMEROS DÍAS
Si alguien tuviese que catalogar o comparar la llegada al poder de Correa con algún objeto, la respuesta más evidente sería un auto de formula uno.
Es que su estilo frontal se sintió de entrada. No pasaron ni 24 horas para que Correa llamara a una consulta popular al pueblo ecuatoriano. ¿Resultado? Un aplastante 82% de apoyo, que dejo a 57 diputados de la oposición en la UTI política.
Pero no alcanzaba a terminar su primera semana en el poder y Correa ya había duplicado el Bono de Desarrollo Humano de $15 a $30, y el Bono de la Vivienda, que pasó de $1 800 a $3 600 por familia. Un avance arrollador. Esta actitud desenfrenada, arrolladora, ágil impactó en las masas que a los 100 primeros días de gobierno le han dado el mayor respaldo recibido por presidente alguno desde el retorno a la democracia. Y su agradecimiento fue tal, que según un sondeo de opinión de Cedatos (Consultora) realizada en la Internet, hasta el 23 de abril de 2007, le decía a Correa que el 71,01% de los consultados calificaba la gestión de Correa de excelente; 9,77%, de muy buena; 5,71%, de buena; 5,54% considera ni buena ni mala; el 7,65% la califica de mala, y apenas el 0,33% la califica de pésima. Una cifra más que miserable, más teniendo en cuenta la historia política de Ecuador, que de tranquilidad es lo menos que ha tenido desde que es una república.
SU ESTILO
Algunos dicen que es el Hugo Chávez de Ecuador. Al menos por frases no se queda, puesto que es sabido que su relación con la prensa no es buena (de hecho, ha llamado a la gente a no leer diarios), pero de todo modos por vocabularios no se queda. “Que a nadie se le ocurra llamarse “correísta”, que nadie haga un movimiento, una fundación, un jardín de niños con el nombre del ciudadano presidente”. O, mientras estaba en campaña no dudo en lanzar una frase populista que decía: “Me tendrán en el puesto en que me pongas. Pero tenemos los ciudadanos que apoderarnos del Estado”.
Y al momento de definirse políticamente, tampoco lo dudo. “Yo soy socialista pero un socialista con fuentes cristianas no marxistas”. ¿Más? Bueno. “Soy de los Correa sin pedigrí”, y el broche de oro lo puso con un mensaje claro y directo a sus adversarios que lo atacaban por su actuación en el ministerio de economía y finanzas. Allí les dijo: “La corrupción era una verdadero desangre para el país, de la cual ustedes han sido participes y yo la voy a derrotar”.
Pero eso en lo que respecta a las frases. Porque en el estilo de marketing también ha sido un muy buen personaje. Por ejemplo, en plena campaña, Correa le hizo honor a su apellido, llevando una correa para decirle a la gente que iba a terminar con la corrupción y la “partitocracia” existente. Fue un gesto claro y potente, que dejo entrever el sentido del humor del candidato.
LOS NÚMEROS DE CORREA
Como buen economista, a este hombre de 46 años se podría decir que lo ha hecho bien. La cautela y responsabilidad han sido el toque de su mandato. Por ejemplo, en lo que respecta a las reservas económicas de Ecuador, bajo el Gobierno de Correa, el país bananero paso de tener US$ 2.023 millones ha poseer 3.617 millones de dólares.
Las exportaciones se mantuvieron en el rango de los 1300 millones de la divisa norteamericana, siendo un logro pese a la contracción de las economías durante el 2008.
Otro punto a favor del mandatario son los programas para el desarrollo de la tecnología y acceso a ellas, las cuales en estos últimos días se reflejan en que entregará gratuitamente software libre para la población en mayor riesgo.
Además, reconoció deuda antigüa del Ecuador y las saldo planamente. Una con Noruega que alcanzaba los US$ 34 millones.
Pero además redujo los sueldos altos que mantenía el Estado, dando muestra de que arriba nadie es Dios. Le prohibió a sus ministros y empleados recibir “regalos” ya que eso para el es corrupción.
En lo que a la historia se refiere, Correa designo la instalación de una comisión que vea y analice las violaciones a los derechos humanos en ese país, como una forma de saber qué paso en el período de los militares en los años 80 y 90.
Y así podríamos seguir, con una baja en el desempleo, la entrega gratuita de medicamentos, la inyección de recursos para la explotación del petróleo para que “al menos el 50% de lo que explotan quede acá” dijo Correa en una rueda de prensa consultado sobre el tema. Pero ha hecho más, como por ejemplo: Aumento de sueldo a empleadas domésticas y artesanos, Eliminación de la matrícula de $25 y entrega de uniformes, desayunos escolares y textos GRATIS, la eliminación del cobro por la atención médica, contratación de más personal médico y ampliación del horario de atención en los hospitales, El Plan Ecuador, para defender la soberanía y la vida de nuestros ciudadanos, mediante la lucha contra las fumigaciones con glifosato.
Lo concreto es que goza de total confianza del pueblo ecuatoriano, que se reflejó con el 82% de apoyo en la consulta y en las elecciones realizadas el pasado 26 de abril con más del 51% de los votos, derrotando al ex mandatario Lucio Gutierrez. El hecho cobra mayor relevancia porque Correa debía estar en el poder hasta el año 2011, pero la Asamblea Nacional adelantó la decisión, cosa que al fin y al cabo nada impidió que este oriundo del Guayas vuelva a mandar para derrotar a la “partitocracia”.
Y debe estar aún más agradecido porque cuando fue ministro de economía del presidente Alfredo Palacios, pero a los pocos meses renunció por, según él, haber recibido presiones por parte de los organismos más poderosos (Banco Mundial), y les dejó muy claro a sus compatriotas quién era Rafael Correa.
Fue en ese entonces cuando se le cruzó por la mente postularse a candidato presidencial del Ecuador. Apoyado por el Movimiento PAIS (Patria, Altiva y Soberana), fue haciéndose participe de la vida política ecuatoriana. Si bien, al principio partió tercero en las encuestas de opinión, pronto su figura fue tomando fuerza para convertirse finalmente presidente, cargo del cual ejerce a partir del 15 de enero del 2007.
DEL GUAYAS A ILLINOIS
En 1987, Rafael Correa se gradúa de economista en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, lugar en donde no solo estudió, sino que también fue presidente de la asociación de estudiantes de su carrera.
Por eso, que desde eso entonces ya venía con esa beta de ser un líder carismático. Situación que ratificaría tiempo después cuando llegó al puesto más alto que una persona de un país puede ostentar: Presidente.
Pero antes, gracias a un convenio con algunas universidades, este hombre nacido en 1963 en Guayaquil tuvo la oportunidad de ir hasta el estado norteamericano de Illinos y estudiar en Illinois University, obteniendo el grado de PhD en el año 2001.
Por eso, cuando él era un candidato a la presidencia no dudo en decir “Soy el primer presidente economista de este país (...), pónganme a debatir con todos esos economistas juntos que no dan pie con bola”.
SUS 100 PRIMEROS DÍAS
Si alguien tuviese que catalogar o comparar la llegada al poder de Correa con algún objeto, la respuesta más evidente sería un auto de formula uno.
Es que su estilo frontal se sintió de entrada. No pasaron ni 24 horas para que Correa llamara a una consulta popular al pueblo ecuatoriano. ¿Resultado? Un aplastante 82% de apoyo, que dejo a 57 diputados de la oposición en la UTI política.
Pero no alcanzaba a terminar su primera semana en el poder y Correa ya había duplicado el Bono de Desarrollo Humano de $15 a $30, y el Bono de la Vivienda, que pasó de $1 800 a $3 600 por familia. Un avance arrollador. Esta actitud desenfrenada, arrolladora, ágil impactó en las masas que a los 100 primeros días de gobierno le han dado el mayor respaldo recibido por presidente alguno desde el retorno a la democracia. Y su agradecimiento fue tal, que según un sondeo de opinión de Cedatos (Consultora) realizada en la Internet, hasta el 23 de abril de 2007, le decía a Correa que el 71,01% de los consultados calificaba la gestión de Correa de excelente; 9,77%, de muy buena; 5,71%, de buena; 5,54% considera ni buena ni mala; el 7,65% la califica de mala, y apenas el 0,33% la califica de pésima. Una cifra más que miserable, más teniendo en cuenta la historia política de Ecuador, que de tranquilidad es lo menos que ha tenido desde que es una república.
SU ESTILO
Algunos dicen que es el Hugo Chávez de Ecuador. Al menos por frases no se queda, puesto que es sabido que su relación con la prensa no es buena (de hecho, ha llamado a la gente a no leer diarios), pero de todo modos por vocabularios no se queda. “Que a nadie se le ocurra llamarse “correísta”, que nadie haga un movimiento, una fundación, un jardín de niños con el nombre del ciudadano presidente”. O, mientras estaba en campaña no dudo en lanzar una frase populista que decía: “Me tendrán en el puesto en que me pongas. Pero tenemos los ciudadanos que apoderarnos del Estado”.
Y al momento de definirse políticamente, tampoco lo dudo. “Yo soy socialista pero un socialista con fuentes cristianas no marxistas”. ¿Más? Bueno. “Soy de los Correa sin pedigrí”, y el broche de oro lo puso con un mensaje claro y directo a sus adversarios que lo atacaban por su actuación en el ministerio de economía y finanzas. Allí les dijo: “La corrupción era una verdadero desangre para el país, de la cual ustedes han sido participes y yo la voy a derrotar”.
Pero eso en lo que respecta a las frases. Porque en el estilo de marketing también ha sido un muy buen personaje. Por ejemplo, en plena campaña, Correa le hizo honor a su apellido, llevando una correa para decirle a la gente que iba a terminar con la corrupción y la “partitocracia” existente. Fue un gesto claro y potente, que dejo entrever el sentido del humor del candidato.
LOS NÚMEROS DE CORREA
Como buen economista, a este hombre de 46 años se podría decir que lo ha hecho bien. La cautela y responsabilidad han sido el toque de su mandato. Por ejemplo, en lo que respecta a las reservas económicas de Ecuador, bajo el Gobierno de Correa, el país bananero paso de tener US$ 2.023 millones ha poseer 3.617 millones de dólares.
Las exportaciones se mantuvieron en el rango de los 1300 millones de la divisa norteamericana, siendo un logro pese a la contracción de las economías durante el 2008.
Otro punto a favor del mandatario son los programas para el desarrollo de la tecnología y acceso a ellas, las cuales en estos últimos días se reflejan en que entregará gratuitamente software libre para la población en mayor riesgo.
Además, reconoció deuda antigüa del Ecuador y las saldo planamente. Una con Noruega que alcanzaba los US$ 34 millones.
Pero además redujo los sueldos altos que mantenía el Estado, dando muestra de que arriba nadie es Dios. Le prohibió a sus ministros y empleados recibir “regalos” ya que eso para el es corrupción.
En lo que a la historia se refiere, Correa designo la instalación de una comisión que vea y analice las violaciones a los derechos humanos en ese país, como una forma de saber qué paso en el período de los militares en los años 80 y 90.
Y así podríamos seguir, con una baja en el desempleo, la entrega gratuita de medicamentos, la inyección de recursos para la explotación del petróleo para que “al menos el 50% de lo que explotan quede acá” dijo Correa en una rueda de prensa consultado sobre el tema. Pero ha hecho más, como por ejemplo: Aumento de sueldo a empleadas domésticas y artesanos, Eliminación de la matrícula de $25 y entrega de uniformes, desayunos escolares y textos GRATIS, la eliminación del cobro por la atención médica, contratación de más personal médico y ampliación del horario de atención en los hospitales, El Plan Ecuador, para defender la soberanía y la vida de nuestros ciudadanos, mediante la lucha contra las fumigaciones con glifosato.
Lo concreto es que goza de total confianza del pueblo ecuatoriano, que se reflejó con el 82% de apoyo en la consulta y en las elecciones realizadas el pasado 26 de abril con más del 51% de los votos, derrotando al ex mandatario Lucio Gutierrez. El hecho cobra mayor relevancia porque Correa debía estar en el poder hasta el año 2011, pero la Asamblea Nacional adelantó la decisión, cosa que al fin y al cabo nada impidió que este oriundo del Guayas vuelva a mandar para derrotar a la “partitocracia”.
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