viernes, 8 de mayo de 2009

Rafael Correa: La excepción venida del Guaya

Debe ser un agradecido. Parece estar tocado con una barita mágica. Es que, a decir verdad lo de Correa es sencillamente sorprendente. No por su gestión –que no ha sido mala, todo lo contrario- pero lo asombroso es que en tan poco tiempo ya entró en la historia de su país. Todo, gracias a que desde 1996, un mandatario no terminaba su periodo como presidente. Y él ahora eso lo logró.

Y debe estar aún más agradecido porque cuando fue ministro de economía del presidente Alfredo Palacios, pero a los pocos meses renunció por, según él, haber recibido presiones por parte de los organismos más poderosos (Banco Mundial), y les dejó muy claro a sus compatriotas quién era Rafael Correa.
Fue en ese entonces cuando se le cruzó por la mente postularse a candidato presidencial del Ecuador. Apoyado por el Movimiento PAIS (Patria, Altiva y Soberana), fue haciéndose participe de la vida política ecuatoriana. Si bien, al principio partió tercero en las encuestas de opinión, pronto su figura fue tomando fuerza para convertirse finalmente presidente, cargo del cual ejerce a partir del 15 de enero del 2007.



DEL GUAYAS A ILLINOIS
En 1987, Rafael Correa se gradúa de economista en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, lugar en donde no solo estudió, sino que también fue presidente de la asociación de estudiantes de su carrera.
Por eso, que desde eso entonces ya venía con esa beta de ser un líder carismático. Situación que ratificaría tiempo después cuando llegó al puesto más alto que una persona de un país puede ostentar: Presidente.
Pero antes, gracias a un convenio con algunas universidades, este hombre nacido en 1963 en Guayaquil tuvo la oportunidad de ir hasta el estado norteamericano de Illinos y estudiar en Illinois University, obteniendo el grado de PhD en el año 2001.
Por eso, cuando él era un candidato a la presidencia no dudo en decir “Soy el primer presidente economista de este país (...), pónganme a debatir con todos esos economistas juntos que no dan pie con bola”.



SUS 100 PRIMEROS DÍAS
Si alguien tuviese que catalogar o comparar la llegada al poder de Correa con algún objeto, la respuesta más evidente sería un auto de formula uno.
Es que su estilo frontal se sintió de entrada. No pasaron ni 24 horas para que Correa llamara a una consulta popular al pueblo ecuatoriano. ¿Resultado? Un aplastante 82% de apoyo, que dejo a 57 diputados de la oposición en la UTI política.
Pero no alcanzaba a terminar su primera semana en el poder y Correa ya había duplicado el Bono de Desarrollo Humano de $15 a $30, y el Bono de la Vivienda, que pasó de $1 800 a $3 600 por familia. Un avance arrollador. Esta actitud desenfrenada, arrolladora, ágil impactó en las masas que a los 100 primeros días de gobierno le han dado el mayor respaldo recibido por presidente alguno desde el retorno a la democracia. Y su agradecimiento fue tal, que según un sondeo de opinión de Cedatos (Consultora) realizada en la Internet, hasta el 23 de abril de 2007, le decía a Correa que el 71,01% de los consultados calificaba la gestión de Correa de excelente; 9,77%, de muy buena; 5,71%, de buena; 5,54% considera ni buena ni mala; el 7,65% la califica de mala, y apenas el 0,33% la califica de pésima. Una cifra más que miserable, más teniendo en cuenta la historia política de Ecuador, que de tranquilidad es lo menos que ha tenido desde que es una república.

SU ESTILO
Algunos dicen que es el Hugo Chávez de Ecuador. Al menos por frases no se queda, puesto que es sabido que su relación con la prensa no es buena (de hecho, ha llamado a la gente a no leer diarios), pero de todo modos por vocabularios no se queda. “Que a nadie se le ocurra llamarse “correísta”, que nadie haga un movimiento, una fundación, un jardín de niños con el nombre del ciudadano presidente”. O, mientras estaba en campaña no dudo en lanzar una frase populista que decía: “Me tendrán en el puesto en que me pongas. Pero tenemos los ciudadanos que apoderarnos del Estado”.
Y al momento de definirse políticamente, tampoco lo dudo. “Yo soy socialista pero un socialista con fuentes cristianas no marxistas”. ¿Más? Bueno. “Soy de los Correa sin pedigrí”, y el broche de oro lo puso con un mensaje claro y directo a sus adversarios que lo atacaban por su actuación en el ministerio de economía y finanzas. Allí les dijo: “La corrupción era una verdadero desangre para el país, de la cual ustedes han sido participes y yo la voy a derrotar”.
Pero eso en lo que respecta a las frases. Porque en el estilo de marketing también ha sido un muy buen personaje. Por ejemplo, en plena campaña, Correa le hizo honor a su apellido, llevando una correa para decirle a la gente que iba a terminar con la corrupción y la “partitocracia” existente. Fue un gesto claro y potente, que dejo entrever el sentido del humor del candidato.


LOS NÚMEROS DE CORREA
Como buen economista, a este hombre de 46 años se podría decir que lo ha hecho bien. La cautela y responsabilidad han sido el toque de su mandato. Por ejemplo, en lo que respecta a las reservas económicas de Ecuador, bajo el Gobierno de Correa, el país bananero paso de tener US$ 2.023 millones ha poseer 3.617 millones de dólares.
Las exportaciones se mantuvieron en el rango de los 1300 millones de la divisa norteamericana, siendo un logro pese a la contracción de las economías durante el 2008.
Otro punto a favor del mandatario son los programas para el desarrollo de la tecnología y acceso a ellas, las cuales en estos últimos días se reflejan en que entregará gratuitamente software libre para la población en mayor riesgo.
Además, reconoció deuda antigüa del Ecuador y las saldo planamente. Una con Noruega que alcanzaba los US$ 34 millones.
Pero además redujo los sueldos altos que mantenía el Estado, dando muestra de que arriba nadie es Dios. Le prohibió a sus ministros y empleados recibir “regalos” ya que eso para el es corrupción.
En lo que a la historia se refiere, Correa designo la instalación de una comisión que vea y analice las violaciones a los derechos humanos en ese país, como una forma de saber qué paso en el período de los militares en los años 80 y 90.
Y así podríamos seguir, con una baja en el desempleo, la entrega gratuita de medicamentos, la inyección de recursos para la explotación del petróleo para que “al menos el 50% de lo que explotan quede acá” dijo Correa en una rueda de prensa consultado sobre el tema. Pero ha hecho más, como por ejemplo: Aumento de sueldo a empleadas domésticas y artesanos, Eliminación de la matrícula de $25 y entrega de uniformes, desayunos escolares y textos GRATIS, la eliminación del cobro por la atención médica, contratación de más personal médico y ampliación del horario de atención en los hospitales, El Plan Ecuador, para defender la soberanía y la vida de nuestros ciudadanos, mediante la lucha contra las fumigaciones con glifosato.
Lo concreto es que goza de total confianza del pueblo ecuatoriano, que se reflejó con el 82% de apoyo en la consulta y en las elecciones realizadas el pasado 26 de abril con más del 51% de los votos, derrotando al ex mandatario Lucio Gutierrez. El hecho cobra mayor relevancia porque Correa debía estar en el poder hasta el año 2011, pero la Asamblea Nacional adelantó la decisión, cosa que al fin y al cabo nada impidió que este oriundo del Guayas vuelva a mandar para derrotar a la “partitocracia”.

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