jueves, 4 de junio de 2009

El desorden y el progreso del narcotráfico en Brasil

Brasil, país de 190 millones de habitantes, es uno de los más grandes del Sudamérica, pero como toda nación, tiene una piedra en el zapato. Y bien grande: El narcotráfico de droga. Este problema le ha generado que se trabaje el lavado de dinero y el trabajo ilegal de menores, pero por sobre todo que los niveles de pobreza no bajen (36 por ciento).

Las zonas rurales son los campos de cultivos para que este germen siga creciendo. De hecho, se han ideado leyes para derribar aviones, pero nada, la producción sigue aumentando.

Y lo peor es que el problema es compartido con otros países como Colombia, Perú e incluso Bolivia que se aprovechan de la Amazonas para recrudecer este flagelo del narcotráfico.

Si el campo es fértil, las grandes ciudades también. Río es la capital de los narcos. Allí cerca de 2 millones de personas –preferentemente en las favelas- son un ejército que nunca ha sido dominado. Y qué decir de Sao Paulo, con más de 22 millones de habitantes hace incontrolable para la policía federal apaciguar todo lo que ocurre.

Lo más dramático es que nadie le ve una solución. Brasil era, es y seguirá siendo una de las naciones con mayores índices de narcotráfico y producción de droga, porque su geografía se lo permite pero además porque la corrupción así también lo quiere.













Desde el siglo XVIII que se tienen antecedentes de cultivos de marihuana en Brasil, mientras que la coca fue registrada al menos dos siglos antes. Los cultivos se establecieron sobre todo al Noreste de Brasil, especialmente en la región que incluye actualmente los estados de Bahía, Pernambuco, Sergipe, Halagaos y el submedio San Francisco. Todo lo anterior, ocurrió mucho antes de que el consumo y cultivo de drogas comenzara a ser penalizado y reconocido como una acción ilícita.

Hasta el año 2004, se creía que la mayor parte del producto de las numerosas plantaciones de marihuana existentes en el sector anteriormente mencionado, eran para consumo nacional. Sin mebrago, estadísticas de la cantidad de droga que ingresa desde Paraguay abrieron el debate acerca del destino del producto de los cultivos.

A pesar de los esfuerzos que hace el gobierno brasileño por erradicar el tráfico de drogas, que por supuesto incluye los cultivos ilegales de cannabis en el país carioca, la cantidad de gente que se dedica a este ilícito (utilizados por los grandes productores de droga), no se reduce. Y es que en un país donde las brechas sociales son muy amplias, el cultivo parece ser una salida muy conveniente al problema. Basta señalar que, al igual que en las zonas urbanas, un porcentaje considerable de los trabajadores, 25 por ciento, son niños y jóvenes por debajo de los 18 años.

Una investigación titulada Globalisation, Drugs and Criminalisation publicada en el artículo “Una guerra inútil: Drogas y violencia en el Brasil”, del Transnacional Institute de Ámsterdam, revela la existencia de redes de inversiones que se contradicen con el movimiento económico del país. El dinero circulante en los bancos del país no se condice con la cantidad de transacciones de origen conocido, por lo que se deduce que existe una complicidad entre el sistema económico y las actividades ilícitas que permiten que circule tal cantidad de dinero.

¿CÓMO SE TRABAJA EN LOS CULTIVOS DE MARIHUANA?

Tras una crisis de territorios agrícolas, donde se combinaron la crisis del precio de las cebollas, un caso serio de corrupción financiera descubierto durante el gobierno de Collor de Mello y las guerras entre las familias por la posesión de tierras, los campesinos se vieron empobrecidos.

El gobierno, en un plan de ayuda para la crisis, facilitó terrenos a los agricultores. Tiempo después, se descubrió que en muchos de ellos había cultivos de marihuana, una actividad a cargo de narcos que deja mucho más dinero que el cultivo de verduras, por ejemplo. Los labradores son por lo general hombres jóvenes que trabajan voluntariamente o son llevados ahí obligados y niños incluso menores de 12 años, que son incorporados por sus padres, a modo de tradición familiar.

Las condiciones de trabajo en los campos son más que precarias. El agua es escasa y la comida se prepara con lo que haya disponible en el campo a la hora de comer. Todo el tiempo los trabajadores de los cultivos corren diversos peligros, como que alguna banda enemiga quiera posesión de esos terrenos, que haya alguna redada de la policía o que los narcotraficantes, para su propia seguridad, consideren que saben mucho para la conveniencia de su negocio y decidan acabar con ellos.

Acerca de esto último, está el caso de Petrolina. Información proporcionada por el Ministerio Público del Trabajo de Pernambuco, el método más utilizado para el reclutamiento de trabajadores de cultivos es la violencia, aunque muchos deciden permanecer ahí de manera abnegada, debido a su condición de pobreza. Incluso, en el caso de los menores, muchas veces ocurre violencia sexual.

Sin embargo, el problema puede llegar a alcanzar una profundidad insospechada. Los trabajadores, según diversos artículos lo señalan, se sienten menoscabados en su integridad moral y física al ser detenidos. Pero ello dura hasta que se encuentran trabajando en los cultivos, donde se les da a entender que el trabajo que ellos realizan en los cultivos, es, mal que mal, un trabajo. Y es por ello que una vez que los trabajadores adquieren el hábito de cultivar en los campos de marihuana, incluso muestran lealtad ante sus jefes, para así ser dignos de permanecer trabajando para ellos.

LA REPRESIÓN DEL ESTADO

En un país donde el 80 por ciento del espacio es rural sumados a los conflictos por la mala distribución de los terrenos agrícolas, ha sido la deuda histórica que Brasil ha tenido con su pueblo y lo que ha provocado, en cierta medida, los conflictos generados por la presencia de cultivos de sustancias ilícitas, siendo la más común la marihuana.

La erradicación de los cultivos ilegales de marihuana desde los sectores rurales de Brasil ha costado al gobierno millones de vidas de gente de edades que fluctúan entre los 15 y 24 años de edad, que han sido mayoritariamente trabajadores mandados por las cabezas de las organizaciones narco de Brasil.

La función del Estado brasileño está siendo cumplida a medias, pues no es forma de erradicar los cultivos asesinar a quienes trabajan en él, puesto que no son ellos los responsables ni los que los mantienen sembrados.

Por otro lado, la falta de medidas que apunten a la educación de la población, o que permitan la expropiación de tierras que están siendo usadas para el cultivo de marihuana u otras sustancias ilícitas, o la entrega de créditos a pequeños agricultores con el fin de financiar proyectos alternativos que mejoren su situación económica, ha permitido que los cultivos ilegales sean la alternativa más concreta para los pobladores.


GRANDES URBES, GRANDES NARCOGUERRAS

Lejos de lo que sucede en las zonas campesinas de este país, en las grandes ciudades se vive una situación mucho más sangrienta, bulliciosa y letal. Es que en las urbes metropolitanas de Brasil, desde la década del 70 que las actividades criminales relacionadas con el tráfico de droga no han dejado de ser sólo casos aislados. Ya no se trata de un asunto de negocios de drogas, sino de un crimen organizado que involucra homicidios, desapariciones, robos, contrabando de armas, abusos de poder y corrupción por parte de las fuerzas de seguridad, entre otros tópicos.

Recife, Belo Horizonte, Sao Paulo y Río de Janeiro, se caracterizan por la presencia cada vez más notoria del tráfico de drogas en sus territorios. Principalmente, las dos últimas ciudades mencionadas (incluyendo al estado donde están ubicadas), son las que más se destacan. La primera, capital del país carioca con más de 22 millones de habitantes, está ubicada en el Estado con mayor mercado de consumidores de drogas de Brasil, y es importante para la economía narcotraficante, tanto local como internacional (este último punto se tratará más adelante). Y la segunda, es la principal metrópoli brasileña para el tráfico de drogas, donde diversas facciones criminales se pelean entre sí y contra las policías en las favelas ubicadas en los morros de Río. Ambas ciudades reciben a millones de personas que se trasladan desde las zonas rurales, escapando de la pobreza, la hambruna y la violencia. Sin duda, son presas naturales para las redes narcotraficantes.

SAO PAULO:

Si bien la cocaína había estado de moda en la primera mitad del siglo XX en las clases más altas de la sociedad brasileña, comenzó a ser masiva en la década de los 80 llegando hasta la clase media. En la década siguiente, el crack, “la cocaína de los pobres” como le bautizaron, llegó a diversos estratos socioeconómicos. “Una zona de la ciudad (de Sao Paulo), compuesta por casi veinte manzanas y ubicada en el centro, albergaba a tantos consumidores de esta droga que fue bautizada con el nombre de ‘Crackland’”, sostenía Guaracy Mingardi en una publicación del 2001. Estos estupefacientes, incluyendo a la marihuana, han sido las drogas que más se han consumido en la capital paulista.

Según Mingardi, la instauración del crack y la cocaína en el mercado provocó un profundo cambio a principios de esta década en comparación a los antiguos traficantes. Indicó que “la constituye el nivel del incremento de la violencia en las actividades del narcotráfico, violencia que prácticamente no existía hasta los inicios del decenio de 1970”. A esto, agregó que un 20 por ciento de los homicidios que se producían en la ciudad podía atribuirse al tráfico de drogas y el consumo de ellas.

Asimismo, Mingardi, quien es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Sao Paulo (USP), concluyó que en la década de los 90 se produjo una atomización del mercado, es decir, que hubo una infinidad de compradores y vendedores que llevaron a una gran competencia y reducción en los precios de las drogas en la capital carioca.

En cuanto a organizaciones delictivas relacionadas con el narcotráfico en la región paulista, el Primer Comando de la Capital (PCC) es el más importante. Incluso, en el país está considerada como la organización criminal más grande, donde se calcula que tiene a cerca de 20 mil miembros. Esta agrupación se fundó en 1993, por reos de la prisión Taubate, cuyo líder es Marcos Willians Herbes Camacho, alias “Marcola”. Su primer golpe de gracia lo dio en el 2001, cuando organizó la mayor rebelión de prisiones en Brasil.

Si bien los expertos indican que esta agrupación se formó para presionar por mejores condiciones carcelarias, luego ingresó al campo de las drogas y la extorsión desde dentro de las celdas. El modus operandi del PCC es a través de una red de centrales telefónicas manejadas por las mujeres de los encarcelados.

En una ardua investigación de cinco meses de la revista brasileña Caros Amigos, se reveló que el PCC funciona hábilmente como una empresa de comercialización de drogas, dividiendo el territorio de la ciudad en norte, sur, este, oeste y centro, lo que le garantiza el control total del tráfico y las cárceles. Según la revista, el PCC copia el mismo esquema de las grandes corporaciones nacionales e internacionales, que dividen sus actividades en áreas de producción, transporte y comercialización. “Con la división por regiones, la organización cubre todo el estado de Sao Paulo, con un negocio que supera los 340 millones de dólares anuales de recaudación”, asegura la página web Nuevo Digital Internacional acerca de esta investigación. “El comando narco domina cada una de las puntas del negocio: la venta al por mayor y al por menor, la que se realiza en las bocas de fumo (puntos de venta), cuya actividad alcanza en promedio unos 1.500 dólares por día”, agrega el informe.

A su vez, debido a la “labor social” del PCC, muchos brasileños no se extrañan en catalogar un “estado paralelo” de este grupo, incluso asimilándolo con un partido político. Esto se evidencia en los pagos de salarios a los presos más pobres y ofrecimientos de ayudas económicas y protección a sus familiares que viven en las favelas.

En cuanto al reclutamiento de niños y adolescentes a las filas del PCC, comienzan ofreciéndoles regalos para que finalmente trabajen transportando las drogas a las “bocas de fumo”. Los “avioncitos”, como se les conoce a los menores que hacen esta función, pueden llegar a ganar 600 dólares al mes, cuatro veces el salario mínimo de Brasil.

El poderío de esta organización quedó al descubierto ante los ojos del mundo en mayo del 2006, cuando militantes del PCC provocaron el caos en Sao Paulo, ocasionando a 170 fallecidos (entre pandilleros, fuerzas de seguridad y civiles inocentes), 251 ataques, 80 buses incendiados y 77 motines carcelarios. Estos actos violentos se originaron debido a la decisión de trasladar a 766 miembros del PCC, que estaban detenidos en una cárcel de alta seguridad, a un Régimen Disciplinario Diferenciado. Sólo bastó una llamada vía celular de “Marcola” desde el interior de la cárcel, para que se produjeran los hechos mencionados. Las autoridades estaduales debieron negociar con la misma organización criminal para poner cese a esta guerra urbana, lo que provocó fuertes críticas hacia el gobierno de Da Silva para resolver la crisis social, la pobreza, el narcotráfico y la impunidad en el país más desarrollado de Sudamérica.

RÍO DE JANEIRO: LA SAMBA QUE NO GUSTA

Río de Janeiro no es sólo conocido por la hermosa playa de Ipanema o el cerro Pan de Azúcar, sino que las más de mil favelas que se encuentran dominadas por diversas agrupaciones de narcotraficantes en los morros, le otorgan una lamentable fachada a nivel mundial. En ellas, viven más de 2,5 millones de personas y corresponden al 19 por ciento de la ciudad del Estado de homónimo nombre. Hoy la gran mayoría está bajo el poderío y vigilancia de diversos comandos que dividen su territorio.

Si en la década del 60 emergió en los barrios pobres de Río la venta de marihuana –comercio que se extendió a la clase media-, en el decenio siguiente significó el aumento en la venta de cocaína, período inmensamente gratificante económicamente para Brasil. Fue a finales de la década del 70, que los presos de Ilha Grande se organizaron para reivindicar mejores condiciones en las cárceles. Esta historia, similar a la ocurrida con el PCC, dio origen al grupo Falange Vermelha, que al poco tiempo se sobrepuso con diversas actividades criminales, principalmente en el negocio de la venta de cocaína.

Sin embargo, la agrupación fue desmantelada por el gobierno de Moreira Franco entre 1987 y 1990, produciendo que se dividiera en diversas facciones, las cuales hasta hoy son las que controlan gran parte del narcotráfico en las favelas. Ellas son: Comando Vermelho (CV, es la más poderosa agrupación, teniendo a gran parte del territorio bajo su dominio y en su cúspide de los años 90 tuvo a más de 6 mil 500 miembros), Terceiro Comando (TC) y Amigo dos Amigos (ADA). “Los nuevos grupos se mostraron más violentos y poco comprometidos con las comunidades, imponiéndose cada vez más por la fuerza de las armas”, señala un documento del Transnational Institute.

Cada uno de los grupos recientemente mencionados, se dividen en los barrios de las favelas de acuerdo a la monopolización que tengan en la venta de sus boca de fumo, siendo muy común que entre los grupos rivales se hostilicen para conquistar nuevos territorios y así obtener más ganancias en sus ventas. Según Alba Zaluar, hay una división funcional en estas villas: algunas de ellas funcionan como centros de distribución para la venta al por menor (con pandillas bien armadas que dominan a la población local con reglas de seguridad extremas), mientras que otras lo hacen como puntos de venta de pequeños traficantes (su seguridad varía en cuanto a la relación entre pandillas, los policías militares locales y el propio barrio).

Asimismo, el documento de Transnational Institute señala que el narcotráfico de Río no conforma una mafia, ya que no está subordinado a grandes mayoristas, ni a organizaciones verticales extranjeras, “ésta difícilmente extrapola al ‘dueño’ o al ‘gerente’ de la boca de fumo”, asegura. Además, el estudio, llamado “Una guerra inútil, drogas y violencia en el Brasil”, indica que el “capital inicial” empleado para la compra de drogas (cocaína y marihuana) proviene en su mayor parte de robos a bancos y del intercambio del producto por carros robados dentro de Brasil, y negociados en Paraguay.


Las bandas de narcotraficantes han llegado incluso más lejos, robando fusiles, pistolas y municiones a las Fuerzas Armadas, dando a conocer, según la ONG Viva Río, que ésta es una señal de la intensificación del narcotráfico, en las que existen infiltraciones de soldados, ex militares y militares en servicio activo, provocando un nuevo fenómeno de desvío de armas de las FF.AA. Según la Secretaría de Seguridad, la media de granadas aprehendidas a los traficantes entre 2001 y 2003, fue de 374, perteneciendo en su mayoría a lotes vendidos para las Fuerzas Armadas.
El estado en que se encuentra este sector de la ciudad sólo ha traído nefastas consecuencias a sus moradores. A las intervenciones de teléfonos y confiscaciones de casas porque sirven para el narcotráfico, así como también los asesinatos de personas inocentes ya que transitan por los territorios del bando contrario, la gente debe lidiar con el aislamiento en que han estado históricamente, estando excluidos de políticas públicas de educación, salud, empleo y renta, promoción social y seguridad. Una de las últimas alternativas que ha dado resultado a las autoridades para disminuir la violencia provocada por el narcotráfico, ha sido aislar aún más la zona, tras haber instalado un agresivo muro divisorio alrededor de 11 favelas.

SEGURIDAD AL DEBE

A su vez, las tropas de elite que están encargadas de velar por la seguridad, tampoco han sido bien evaluadas por las organizaciones humanitarias. Tanto la Coordinadora de Recursos Especiales (Core) de la Policía Civil de Río de Janeiro, como el Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militar (Bope), pueden “disparar a bocajarro, registrar viviendas sin autorización judicial y someter a dramáticos interrogatorios a cualquier sospechoso de manejar información sobre las personas buscadas”, informa un reportaje de El País de España.

Según la policía militar, se produjeron 20 bajas de efectivos en el 2007 en choques armados y 10 hasta octubre del año pasado. Esta cifra contrasta ampliamente con los 509 civiles muertos hace dos años atrás por parte de la policía, la que consideraba muertes legítimas provocadas por la resistencia de criminales, y otras 472 bajas en el primer semestre del 2008.

Las críticas no se hicieron esperar. “Estamos ante una eficacia policial absurda. No conocemos otra policía en el mundo que cause tantos muertos en sus intervenciones como la de Río”, señala el sociólogo español, Ignacio Cano, quien es miembro del laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ). “Los policías que cometen abusos son raramente sancionados, y, algunas veces, estos abusos son justificados por las autoridades como una consecuencia inevitable de sus esfuerzos por combatir las altas tasas de criminalidad en Brasil”, señala en su último informe anual la ONG Human Rights Watch.

Si bien esta ciudad no se encuentra en una guerra civil, pareciera tener índices de estarlo. La ONG Viva Río establece que cinco mil niños armados trabajan para el narcotráfico en condiciones similares a los niños-soldados, siendo reclutados a los 10 años. Así, la organización ejemplifica con la guerra entre israelíes y palestinos cuando murieron 467 niños entre 1987 y 2001, mientras que en el mismo período, la violencia de Río causó 3 mil 937 fallecimientos de menores.

Aunque no existe relación directa entre la tasa de homicidios con el narcotráfico, esto parece ser un índice trascendental para varios expertos que investigan la criminalidad y el tráfico de droga en el estado de Río de Janeiro. Para sorpresa de muchos, esta cifra disminuyó el año pasado. Si a mediados de los 90 la tasa de homicidios fue de 64 por cada 100 mil habitantes (el doble que Nueva York), en el 2008 llegó a 39. Esta cifra es aún más relevante si se toma en cuenta que entre 1983 y 2002, en la ciudad de Río de Janeiro las tasas de homicidio crecieron un 444 por ciento, en el período entre 1994 y 2003 la policía confiscó 25 mil 490 armas y entre 1993 y 2002 se registraron 16 mil 426 desapariciones.

LAS FRONTERAS NARCOTIZADAS DE BRASIL

En términos políticos, Brasil, Perú y Colombia no se parecen en nada (son gobernados por líderes con pensamientos distintos). Pero hay ciertos aspectos que los unen de manera extraordinariamente única. El tema de la pobreza es uno de ellos, ya que se estima que Brasil tiene cerca de un 36 por ciento de sus habitantes viviendo bajo la línea de la pobreza. Además, poseen una frontera tridimensional, que es considerada como una de las zonas de producción, procesamiento y salida de drogas como la cocaína, que es la forma como las personas tratan de salir de esa línea que avergüenza tanto a las autoridades de su gobierno.

Este fenómeno se comenzó a incrementar en los años 80, cuando las fronteras del sur y del suroeste brasileño sufrieron la invasión de las mafias de la droga instaladas en Bolivia. Centenares de barriles con acetona y éter, precursores indispensables para producir clorhidrato de cocaína, cruzaban diariamente la frontera hacia laboratorios situados en el altiplano. En sentido contrario ingresaban a Brasil cientos de toneladas de droga refinada, destinadas a las grandes ciudades o a los miles de buscadores de oro que se apiñaban en campamentos en la Amazonia.

LOS SOLDADITOS

En Brasil hay un grupo de 7 mil “soldados” –menores de 18 años- que trabajan acarreando drogas. Se estima que una cuarta parte de ellos lo hace en las fronteras de Brasil con Perú y Colombia.

La cifra revelada el año 2006 por una ONG de Brasil, viene a dejar en claro una vez más las diferencias o mal ojo de las entidades gubernamentales, que por tratar de bajarle el perfil a la situación estimaron en tan sólo cuatro mil los niños o jóvenes que se desempeñan en esas tareas. “Tenía una 'carga' de 160 papeles (de cocaína), de los cuales 40 eran para mí. A veces la aspiraba o gastaba lo que ganaba en más droga”, relató Fabricio, de 17 años, uno de los adolescentes entrevistados por Folha de Sao Paulo, con autorización judicial.

Es por esta misma razón, que los niños brasileños comienzan a fumar marihuana o aspiran cocaína en promedio a los 10 años, situación que tiene muy complicada a las autoridades dirigidas por Lula Da Silva, porque en un fenómeno que crece ante las escasez de oportunidades de una parte de la población que prefiere dedicarse al narcotráfico de droga u armas.

Pero así como caen en el consumo de drogas, también caen muy tempranamente a las cárceles. Sólo en el año 2005 más de mil niños fueron detenidos por traficar drogas en las ciudades más grandes y la frontera.

RESGUARDO DE FRONERAS

El año recién pasado, las alarmas volvieron a sonar en el Gobierno brasileño. Si bien el problema no era en su territorio, sino que en Colombia, el problema es que los involucraba directamente a ellos.

Los líos estaban en la localidad de Cobija (del departamento de Pando) donde los asesinatos entre narcos de Colombia, Brasil y Perú estaba dejando mucha sangre desparramada por esa zona, y los que lograban escapar se iban a la frontera brasileña para huir. Algunos lograban ingresar al país de la samba y se juntaban con sus “amigos” de la mafia en las grandes ciudades como Sao Paulo o Río de Janeiro.

Fue por eso que las autoridades cariocas decidieron instalar una nueva base policial anti-drogas en esa zona y así tratar de controlar la situación. Algo similar ocurrió en la frontera con Bolivia que hasta el momento ha tenido sus resultados. Como lo ocurrido hace unos días atrás, tras 11 días de operativo conjunto entre las policías de Bolivia y Brasil para desarticular bandas que pretendían ingresar más de 1300 kilos de droga hacia suelo brasileño. Mientras que en la frontera de Brasil con Bolivia se logró incautar poco más de 180 kilos de cocaína, dejando como saldo a varios detenidos que pretendían cobrar una suma cercana al medio millón de dólares por dicha transacción.

Estos resultados se deben a la política implementada por el Estado el año pasado, entre los días 26 de mayo y 10 de junio, donde cerca de 2,5 mil kilómetros de frontera fueron cubiertas por aproximadamente 10 mil militares. Cuatro meses después, en octubre, Brasil realizó un despliegue militar similar, lo que le trajo muy buenos dividendos, tales como: detención de narcotraficantes, incautación de droga y armamento similares a los incautados hace unos días en la frontera con Bolivia.

Pero también esta Colombia. Un país que incluso, se podría decir que comparte calles junto a Brasil. O si no que lo digan los habitantes de Tabatinga, ciudad brasileña separada apenas por una calle de la colombiana Leticia, por donde se fraguan los planes más ambiciosos en cuanto a tema de drogas se refiere.
Allí se han instalado una base de operaciones, Garatéia, sobre instalaciones ya construidas, y es la mayor de la Policía Federal en la región y está equipada con cámaras, censores térmicos, radar marítimo y cañón de luz. No se dejó nada al azar, todo para poder detener este negocio que tiene en ascuas a los gobiernos de Brasil, Colombia, Perú, Paraguay, Uruguay y Argentina, que también se ven involucrados en todos estos actos porque la droga hace escalas en dichos lugares o simplemente son destinos atractivos para los narcotraficantes de Sao Paulo o Río de Janeiro.

Es tan importante este sector de Tabatinga y sus alrededores, que por allí se transporta la cocaína que sale de Colombia en barcos hasta Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas, desde donde puede ser distribuida a todo el país por varias vías. Y si bien existe una ley que autoriza a la Fuerza Aérea a derribar aviones con cargamentos de droga (Ley de Tiro de Destrucción), según las últimas estadísticas este propósito no ha sido realizado, incrementándose el transporte fluvial de la droga por ese lugar.

De hecho, según un estudio realizado por la Organización de Estados Americanos (OEA), la situación es lapidaria: “Es inviable la defensa de los 9 mil kilómetros de frontera, en su mayor parte de montaña y jungla, teniendo como vecinos a tres de los principales productores de cocaína del mundo (Colombia, Perú y Bolivia) y otro productor de cannabis (Paraguay)”.

¿QUIÉNES SON LOS AMOS Y SEÑORES?

Dentro de esos 190 millones de habitantes, hay quienes viven una vida de rey literalmente. Son los capos de las mafias de las drogas. Tienen conexiones con otros líderes de carteles colombianos y nigerianos que procesan droga desde los países andinos y también Brasil.

Pero las organizaciones criminales brasileñas que se han apoderado de esta zona limítrofe son los anteriormente estudiados, PCC y CV, comandando las operaciones de tráfico en la zona fronteriza que une a Brasil con Perú, Colombia, Bolivia e incluso Paraguay.

La cantidad de cocaína decomisada es relativamente baja, si se tiene en cuenta el volumen de esta droga que circula por la Amazonia brasileña: entre 7 mil y 16 mil kilos al año desde 2004. Brasil es un importante país de tránsito en la ruta de la cocaína entre Sudamérica y Europa, con embarcaciones transatlánticas que esconden la droga en contenedores.

Lo llamativo es que su radio de acción incluso se sabe que llega hasta el país europeo de Portugal, como territorio nexo con Europa hasta donde principalmente trafican armas, pero también drogas.

Uno de los más grandes narcotraficantes de la historia brasileña es Luis Fernando da Costa Silva, quien se movía en la frontera de Brasil con Colombia. De hecho fue detenido el año 2001, no sólo por su vasto prontuario criminal y de narco, sino por su vinculación con el grupo guerrillero colombiano de las FARC.

Pero lo más sorprendente es que en Brasil, los que operan con toda libertad son los grupos narcotraficantes colombianos, que contratan personas “brasileñas” para que hagan los trabajos. Por eso que el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, le ha pedido ayuda su par de Brasil para que se fiscalice mejor, y así se puede detener y encarcelar a estas personas que manejan miles de millones en droga, armamento y lavado de dinero.

AMAZONAS

Brasil posee un territorio fronterizo con Colombia que tiene una extensión de aproximadamente 1.664 kilómetros. Es en esa zona donde se cometen los delitos más grandes en cuanto a transacción de droga se refiere.

Localidades como Tabatinga son el puente para llegar hasta el Río Solimoes, que tiene una desembocadura hacia el Río Amazonas (refugio ideal para laboratorios, plantaciones y pistas clandestinas utilizadas por pequeños aviones que atraviesan la selva hacia Surinam, para embarcar la cocaína hacia Europa.), que es la principal vía de traslado para la droga. Por esas aguas, los narcos pueden llegar hasta improvisadas pistas de aterrizajes, donde son embarcadas hacia los Estados Unidos y el resto de Europa. Son miles de millones de dólares los que llegan hasta ese lugar en forma de cocaína, heroína u otras drogas.

Manaos, con una población que supera el millón de habitantes, es el corazón y el centro nervioso de la Amazonía brasileña. No en vano, en esa zona existen puestos militares, policiales, de la Fuerza Aérea y de la policía federal especializada en la desarticulación de los carteles de droga. Es uno de los puntos estratégicos hasta donde las autoridades brasileñas quieren llegar y abarcar para así erradicar esta práctica que les deja miles de millones de dólares, donde también existe el lavado de dinero.

Pero la zona es tan extensa que los controles a veces se hacen inútiles, y los narcotraficantes brasileños viven en un paraíso tras pasar sin mayores obstáculos dichos puestos, dejando la droga donde había sido encomendada. La policía brasileña sabe que la droga proveniente de Bolivia, Perú y Colombia ingresa al estado de Amazonas para seguir vía carretera hasta Belem, donde era embarcada hacia el extranjero, pero sigue habiendo corrupción. La ciudad de Foz de Iguazú, en tanto, se convirtió en la ruta preferida de los traficantes de armas que operaban desde Argentina y Paraguay.

La situación en Brasil ha cambiado. Hasta fines del siglo XX se reconocían a 14 carteles de droga, siendo Río de Janeiro el más poblado, por su gran cantidad de rutas de acceso y salida. Hoy, esos carteles se han trasladado hasta las fronteras, teniendo conexiones con sus pares colombianos, paraguayos y bolivianos, principalmente.

sábado, 30 de mayo de 2009

África

África nació, ha vivido, vive y seguirá siendo saqueado. Su historia es de mucha sangre y decepciones. El tráfico de esclavos y el robo indiscriminado de sus riquezas son solamente la punta de iceberg de un continente que ha sido ocupado por el Imperio Romano, Los Islámicos y los Europeos.
La prueba más fidedigna de que su subdesarrollo es tan grande, es que en la actualidad su población que no puede comer ni vestirse. Culpa de aquello, es que en los años en que la colonización los invadió (1900 en adelante) su oro, diamantes, bronce entre otros minerales y riquezas fueron robados sin descaro.
En todos los años en que estuvieron bajo la dirección de los europeos, se fue formando un odio y rencillas internas que solo han logrado descolonizarse, como Libia en 1951 que fue el pionero, pero de ahí en más áfrica ha seguido con problemas de orden religioso, político y económico. Eso hasta hoy, en Siglo XX1.

jueves, 28 de mayo de 2009

Un continente saqueado

África. Continente donde confluyen 53 países. En sus más de 30 millones de kilómetros cuadrados habitan actualmente más de 900 millones de personas. Es el tercer continente en cuanto a tamaño, que cuenta con una historia digna de teleserie. Con innumerables fracasos pero también alegrías.
Hablar de África es decir prácticamente que fue la cuna del mundo. Claro, porque algunos afirman que ya sea por el sur o por el este de este continente procedieron ciertas especies que con el correr de los años fueron dando forma a lo que hoy conocemos como seres humanos.
Cuando transcurría el siglo I antes de cristo, se le dio nombre a esta tierra. ¿Cómo? Instaurado el Imperio Romano el tráfico de oro, esclavos, animales, etcétera que eran como una moneda de intercambio con Roma. Allí nació esta nominación, más bien tras la derrota de Cartago por Roma en la tercera guerra púnica se establece la provincia romana de África que abarcaría aproximadamente el Túnez actual.
Pero como habían dos áfricas, el punto de inflexión se produjo en el siglo VII con la llegada de los árabes a la zona, en lo que fue una invasión. Como alguna de las consecuencias de su llegada se expandió el Islam.

COLONIZADOS
En los años 1800 países europeos llegaron a África. Antes de aquello, y solo como dato, el 90% del territorio era administrado por los mismos africanos. Eso, después iba tener un giro impensado.
¿Pero cuales fueron los detonantes para que Europa mirase hacia África? El repentino interés por el continente vino determinado por la unificación alemana e italiana. Tras la guerra franco-prusiana de 1870, en la que Francia resultó derrotada, y fue allí cuando el escenario de la rivalidad europea se trasladó a África, donde Alemania dio batalla diplomática para controlar a sus rivales y tenerlos ocupados lejos de sus fronteras.
Así como en el Medio Oriente se habló de zonas de influencias, bueno aquí también las hubo. Y se decidió en Berlín (Alemania) entre los años 1884 y 1885, claro que era con un fin muy loable: Acabar con el comercio de esclavos.
En el discurso y en la intención era muy lindo. Pero, al poco tiempo la ambición de las naciones “más desarrolladas” llevó a que los países del continente negro fueran literalmente saqueados. Oro, diamantes, aceite, esclavos y cuanta cosa de valor existiese fue apoderada por los colonos, dejando en la más absoluta pobreza a África.
Este proceso se hizo fuerte en los años 1900 en adelante cuando países como Nigeria (que poseían bronce y marfil) fueron siendo ocupados por Gran Bretaña, o Ghana, Sudáfrica, por citar algunos.
Tras la primera guerra mundial los países como diamantes en Sudáfrica, el oro en Rodesia y Ghana, estaño en Nigeria ya estaban en poder de los europeos. Otros territorios también fueron recolonizados tras la caída germana en dicha confrontación. Así el mapa quedó de la siguiente manera: Los territorios alemanes en África se repartieron entre Francia, Inglaterra y Bélgica bajo la supervisión de la recién creada Sociedad de Naciones.
Si bien hasta ahora casi todo ha sido malo, con la llegada de los “poderosos” el continente tuvo un crecimiento en cuanto a su población y era ayudada económicamente por los “pater” países. Así aspectos como la economía y la educación tuvieron un repunte, claro que siempre bajo el alero de la discriminación entre negros y blancos. Obvio, no todo puede ser perfecto, y menos cuando se va a robar y no ha hacer obras de caridad.
Un ejemplo de aquello fue el “trabajo” de los portugueses. En sus dominios, el trabajo forzoso hacía que la vida de angoleños y mozambiqueños se diferenciara poco de la esclavitud real, mientras que en otras regiones la agricultura extensiva proletarizó a la población, con el agravante de que se acapararon las mejores tierras de labor para esos cultivos de exportación. Por otro lado, el arraigo de los europeos en países como Argelia, Kenia, o Rodesia empeoraría las cosas llegada la hora de la descolonización.
Hasta ahora son solo ejemplos, que dan muestra de lo que en esos territorios ocurrió verdaderamente. Para que decir los miles y miles de muertos a causa de esos trabajos forzosos o la sangre fría u crueldad de algunos “hacendados” que por el hecho de tener más hacían y deshacían. Total no habían leyes. Tenían chipe libre.

NADA ES PARA SIEMPRE
No siempre el que tiene más es el mejor. Eso lo experimentaron muy bien los colonos, quines al ver que sus cajas no cuadraban del todo debieron repensar sus situaciones y ver qué hacer con esos “negritos” y sus oros, diamantes, esclavos y un sin fin de otras cosas.
Ya en pleno Siglo XX los cuestionamientos sobre sus capacidades empezaron a rodar en la cabeza de los poderosos. Portugal fue uno de esos afectados, ayudado claro por su propio desorden interno. Francia pasó por lo mismo, y ese proceso le costó caro por la sangre se acumuló por toneladas de litros en naciones como Indochina y Argelia.
Terminada la segunda guerra, en los países africanos se dieron cuenta de que los poderosos no lo eran tal, y comenzó a fraguarse un proceso que las fue liberando de sus “colonizadores”. El ejemplo lo dió Libia en el año 1951 convirtiendose así en la primera colonia africana en lograr su independencia. Seis años después le seguiría Ghana (Colonia Británica que fue asechada también por Suecos, daneses, portugueres, entre otros)y de ahí en más las otras naciones.
Atrás empezaban a quedar los años en donde Inglaterra y Portugal se peleaban por el “Mapa Rosa” y los sectores de influencia, o 1904 cuando toda África era repartida como un pedazo de torta entre los europeos. Salvo Liberia y Etiopía.

¿QUÉ DEJARON?
Hambre, pobreza, sida, destrucción, países sin fuentes de riqueza. ¿Algo mas? Sí, harta muerte, violencia. África es hoy un continente que no tiene casi nada. Los que han logrado salir del hoyo son excepciones.
El paso de los “europeos” dio pie para que países como Uganda vivan en el más absoluto desamparo, teniendo que soportar a déspotas como Amín Dada que asesinó a cientos de miles de ugandeses. Todo gracias al descontrol y la falta de previsión.
Pero bueno, son los costos de la modernidad y la riqueza de la cual fueron usurpados los africanos, que hoy no tienen comida ni alimentos. Bono, líder de la banda U2, una vez dijo: “Niños, denle las gracias a Europa porque ustedes no tienen que comer y porque sus amigos se mueren” ¿Algo más que agregar?

viernes, 8 de mayo de 2009

Rafael Correa: La excepción venida del Guaya

Debe ser un agradecido. Parece estar tocado con una barita mágica. Es que, a decir verdad lo de Correa es sencillamente sorprendente. No por su gestión –que no ha sido mala, todo lo contrario- pero lo asombroso es que en tan poco tiempo ya entró en la historia de su país. Todo, gracias a que desde 1996, un mandatario no terminaba su periodo como presidente. Y él ahora eso lo logró.

Y debe estar aún más agradecido porque cuando fue ministro de economía del presidente Alfredo Palacios, pero a los pocos meses renunció por, según él, haber recibido presiones por parte de los organismos más poderosos (Banco Mundial), y les dejó muy claro a sus compatriotas quién era Rafael Correa.
Fue en ese entonces cuando se le cruzó por la mente postularse a candidato presidencial del Ecuador. Apoyado por el Movimiento PAIS (Patria, Altiva y Soberana), fue haciéndose participe de la vida política ecuatoriana. Si bien, al principio partió tercero en las encuestas de opinión, pronto su figura fue tomando fuerza para convertirse finalmente presidente, cargo del cual ejerce a partir del 15 de enero del 2007.



DEL GUAYAS A ILLINOIS
En 1987, Rafael Correa se gradúa de economista en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, lugar en donde no solo estudió, sino que también fue presidente de la asociación de estudiantes de su carrera.
Por eso, que desde eso entonces ya venía con esa beta de ser un líder carismático. Situación que ratificaría tiempo después cuando llegó al puesto más alto que una persona de un país puede ostentar: Presidente.
Pero antes, gracias a un convenio con algunas universidades, este hombre nacido en 1963 en Guayaquil tuvo la oportunidad de ir hasta el estado norteamericano de Illinos y estudiar en Illinois University, obteniendo el grado de PhD en el año 2001.
Por eso, cuando él era un candidato a la presidencia no dudo en decir “Soy el primer presidente economista de este país (...), pónganme a debatir con todos esos economistas juntos que no dan pie con bola”.



SUS 100 PRIMEROS DÍAS
Si alguien tuviese que catalogar o comparar la llegada al poder de Correa con algún objeto, la respuesta más evidente sería un auto de formula uno.
Es que su estilo frontal se sintió de entrada. No pasaron ni 24 horas para que Correa llamara a una consulta popular al pueblo ecuatoriano. ¿Resultado? Un aplastante 82% de apoyo, que dejo a 57 diputados de la oposición en la UTI política.
Pero no alcanzaba a terminar su primera semana en el poder y Correa ya había duplicado el Bono de Desarrollo Humano de $15 a $30, y el Bono de la Vivienda, que pasó de $1 800 a $3 600 por familia. Un avance arrollador. Esta actitud desenfrenada, arrolladora, ágil impactó en las masas que a los 100 primeros días de gobierno le han dado el mayor respaldo recibido por presidente alguno desde el retorno a la democracia. Y su agradecimiento fue tal, que según un sondeo de opinión de Cedatos (Consultora) realizada en la Internet, hasta el 23 de abril de 2007, le decía a Correa que el 71,01% de los consultados calificaba la gestión de Correa de excelente; 9,77%, de muy buena; 5,71%, de buena; 5,54% considera ni buena ni mala; el 7,65% la califica de mala, y apenas el 0,33% la califica de pésima. Una cifra más que miserable, más teniendo en cuenta la historia política de Ecuador, que de tranquilidad es lo menos que ha tenido desde que es una república.

SU ESTILO
Algunos dicen que es el Hugo Chávez de Ecuador. Al menos por frases no se queda, puesto que es sabido que su relación con la prensa no es buena (de hecho, ha llamado a la gente a no leer diarios), pero de todo modos por vocabularios no se queda. “Que a nadie se le ocurra llamarse “correísta”, que nadie haga un movimiento, una fundación, un jardín de niños con el nombre del ciudadano presidente”. O, mientras estaba en campaña no dudo en lanzar una frase populista que decía: “Me tendrán en el puesto en que me pongas. Pero tenemos los ciudadanos que apoderarnos del Estado”.
Y al momento de definirse políticamente, tampoco lo dudo. “Yo soy socialista pero un socialista con fuentes cristianas no marxistas”. ¿Más? Bueno. “Soy de los Correa sin pedigrí”, y el broche de oro lo puso con un mensaje claro y directo a sus adversarios que lo atacaban por su actuación en el ministerio de economía y finanzas. Allí les dijo: “La corrupción era una verdadero desangre para el país, de la cual ustedes han sido participes y yo la voy a derrotar”.
Pero eso en lo que respecta a las frases. Porque en el estilo de marketing también ha sido un muy buen personaje. Por ejemplo, en plena campaña, Correa le hizo honor a su apellido, llevando una correa para decirle a la gente que iba a terminar con la corrupción y la “partitocracia” existente. Fue un gesto claro y potente, que dejo entrever el sentido del humor del candidato.


LOS NÚMEROS DE CORREA
Como buen economista, a este hombre de 46 años se podría decir que lo ha hecho bien. La cautela y responsabilidad han sido el toque de su mandato. Por ejemplo, en lo que respecta a las reservas económicas de Ecuador, bajo el Gobierno de Correa, el país bananero paso de tener US$ 2.023 millones ha poseer 3.617 millones de dólares.
Las exportaciones se mantuvieron en el rango de los 1300 millones de la divisa norteamericana, siendo un logro pese a la contracción de las economías durante el 2008.
Otro punto a favor del mandatario son los programas para el desarrollo de la tecnología y acceso a ellas, las cuales en estos últimos días se reflejan en que entregará gratuitamente software libre para la población en mayor riesgo.
Además, reconoció deuda antigüa del Ecuador y las saldo planamente. Una con Noruega que alcanzaba los US$ 34 millones.
Pero además redujo los sueldos altos que mantenía el Estado, dando muestra de que arriba nadie es Dios. Le prohibió a sus ministros y empleados recibir “regalos” ya que eso para el es corrupción.
En lo que a la historia se refiere, Correa designo la instalación de una comisión que vea y analice las violaciones a los derechos humanos en ese país, como una forma de saber qué paso en el período de los militares en los años 80 y 90.
Y así podríamos seguir, con una baja en el desempleo, la entrega gratuita de medicamentos, la inyección de recursos para la explotación del petróleo para que “al menos el 50% de lo que explotan quede acá” dijo Correa en una rueda de prensa consultado sobre el tema. Pero ha hecho más, como por ejemplo: Aumento de sueldo a empleadas domésticas y artesanos, Eliminación de la matrícula de $25 y entrega de uniformes, desayunos escolares y textos GRATIS, la eliminación del cobro por la atención médica, contratación de más personal médico y ampliación del horario de atención en los hospitales, El Plan Ecuador, para defender la soberanía y la vida de nuestros ciudadanos, mediante la lucha contra las fumigaciones con glifosato.
Lo concreto es que goza de total confianza del pueblo ecuatoriano, que se reflejó con el 82% de apoyo en la consulta y en las elecciones realizadas el pasado 26 de abril con más del 51% de los votos, derrotando al ex mandatario Lucio Gutierrez. El hecho cobra mayor relevancia porque Correa debía estar en el poder hasta el año 2011, pero la Asamblea Nacional adelantó la decisión, cosa que al fin y al cabo nada impidió que este oriundo del Guayas vuelva a mandar para derrotar a la “partitocracia”.

viernes, 24 de abril de 2009

Lo riesgos del populismo

Populismo. Del latín “populus” que en palabras simples vendría siendo pueblo. Este concepto se ha hecho presente con mucha fuerza en los últimos años, especialmente en América Latina, donde personajes como Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa o Fidel Castro en Cuba son los estandartes de esta corriente.
En sí, el populismo es ejercido por una persona, que se transforma en un personaje, y que en su gobierno busca darle en el gusto a las personas sin tener la más mínima noción de cómo gobernar, que en el fondo es administrar los bienes de un estado y hacer de las políticas un bien para la comunidad entera.
Pero ese es un sueño utópico. Que dura, lo que dura un discurso. Porque nada es la panacea, lamentablemente para los pueblos que ven el las figuras de unos “personajes” la salvación de sus vidas y problemas.
Pero, al final lo barato cuesta caro, y como dice la canción del grupo mexicano Molotov “si le das más poder al poder mas duro te van a venir a cojer porque fuimos potencia mundial somos pobres nos manejan mal”.
Quizás esta letra es la mejor forma de sintetizar lo que hacen estos populistas, porque es cosa de analizar algunos casos para darse cuenta, al menos en el caso del continente latinoamericano, que el denominador común es la pobreza, la inseguridad y el estigma de la globalización y el imperio.

LOS LÍDERES
Hugo Chávez Frías. Presidente de Venezuela. Militar. Hombre con una capacidad lingüística que ya se la quisiera un periodista o comunicador. Líder absoluto de lo que pasa en el país caribeño. Si antaño, Pinochet dijo que en el país no volaba una hija sin que el lo supiera, esto mismo podríamos decir que para es su país.
Su aliado es el petróleo. Con ese caballito de batalla, puede hacer lo que quiera, al menos eso es lo que cree él.
¿Pero por qué una persona puede llegar a tener ese nivel de poder? Porque los miedos de los ciudadanos es algo incontrarrestable. Y ven en estas personas la solución a sus dramas. En Venezuela se atacó fuertemente el tema de la corrupción y la pobreza, y Chávez con su locuacidad fue capaz de hacer que una masa de millones de personas le crean su discurso. Eso sí, el hombre fue inteligente y dijo lo que tenía que decir, en el momento adecuado y ataco el flanco correcto. O sea, fue un estratego político perfecto.
Difícilmente en Venezuela alguien puede quedar indiferente cuando su máximo líder, su presidente, en cadena nacional o radial le dice al personaje más poderoso del mundo (mandatario norteamericano) que es un “asesino, ladrón, mono, tonto” entre otros calificativos.
Es tema nacional y mundial. Pero ¿por qué lo hace? Una de las razones puede ser que no ha podido hacer lo que prometió. Fin a la pobreza y desigualdad. Porque Caracas es una ciudad muy parecida a Río de Janeiro. Por un lado Copa Cabana y por el otro las favelas.
Mientras tanto los problemas continúan, el líder siempre va a buscar un blanco donde atacar, donde culpar para el mal desarrollo de un continente y de pasada de su propio país. Todo rebota, lamentablemente.
Fidel Castro es otro que ha sido un populista de tomo y lomo. El cariño del pueblo cubano se lo ganó cuando fue el ganador de la revolución. Sacó a Batista del poder por “corrupción”. A su paso quedaron miles de muertos, pero el fin estaba concretado.
De ahí en más, sobrevivir era la consigna. La política hizo de Cuba un país marginado. Pero no por sus errores, sino que por culpa de Estados Unidos. El país de las maldiciones de casi todo el mundo, al menos de los subdesarrollados.
Sus apariciones públicas siempre fueron elocuentes. Y así se ha mantenido su régimen por lagos 50 años. Para muchos un líder, pero para otros un dictador.
Si Chávez y Castro representan a la izquierda, en Colombia hay un presidente o líder que se maneja en aguas de derecha. Hablamos de Álvaro Uribe, que al mando de un país apoderado por la violencia y el terrorismo, ha hecho de la inseguridad su bandera de lucha.
El eje gira en torno a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia9 que tienen a toda una zona del país en el total miedo, y Uribe ha jugado un rol de contención de esos miedos, logrando una aceptación nunca antes visto en ese país.
Contrario a los otros líderes de la región, se ha aliado del país más odiado del continente. Estados Unidos. Con este, trabajan de manera conjunta el tema de los secuestros y el narcotráfico. Una alianza que tiene sus pro y contras. Por un lado está el refuerzo de tácticas e intercambio económico, y el lado negativo es la estigmatización de su Gobierno por ser la especie de mano derecha en la región.
Así y todo, Uribe ha sabido canalizar los miedos de su pueblo, y a diferencia de Venezuela y Cuba, tiene un gobierno más ordenado, con roles específicos, que opera de manera más ordenada que el resto.
Es un plus que ha sabido explotar, y que no en vano ha contado con el apoyo de sus ciudadanos. Resultado: Una nación que le entrega su apoyo, pero por sobre todo que deposita su confianza y credibilidad en su líder, por ende Álvaro Uribe cumple su rol, que no es otro que gobernar su país, sin mayores sobresaltos, sin ser tan cuestionado, lo que le permite trabajar de manera tranquila.

LOS RIESGOS
Todo, tarde o temprano tiene su fin. Bueno, si analizamos lo de Cuba ese proceso ha demorado un poco más de lo normal. Pero, el populismo juega muy al límite.
Sino, que lo diga Hugo Chávez que sufrió un golpe de estado, que duro un par de días. Lo claro es que el riesgo está latente para cualquiera.
Esos riesgos los minimizan mediante las consultas ciudadanas, o los llamados “referéndum” que son la vía de escape a sus problemas internos.
Chávez y Morales son todos unos especialistas a estas alturas. Lo bueno para ellos, es que en el 99.9% de los casos salen victoriosos. La única vez que alguien no fue favorecido, fue cuando Hugo Chávez perdió el pasado 2007. Y le dolió.
Otro de los costos que pueden tener es la falta de respaldo internacional. Hugo es un verdadero líder odiado y amado. Sus discursos hacia Bus, Uribe, Inzulza juegan en el filo de lo ético. Pero eso a el poco le importa, total tiene el apoyo de su pueblo, de sus bolivarianos, que hasta ahora mantienen el sueño de su revolución, de su nuevo socialismo, que hasta el momento no tiene fecha de vencimiento.
Pero eso tarde o temprano llegará, porque no hay mal ni bien que dure 100 años, Cuba lleva 50 años, Venezuela otros tantos. Lo que no se va a acabar nunca son los populistas, porque mientras hayan problemas de forma y fondo siempre va existir una persona que le saque provecho y quiera ser el líder del país. Sino que lo digan Fidel, Chávez, Morales, Uribe, Hitler, Pinochet, Allende, Berlusconi, entre otros.

jueves, 16 de abril de 2009

Un conflicto cultura, territorial de influencias

Generalmente el grande aplasta al más chico. La lógica así lo indica. En el caso del conflicto en el Medio Oriente la situación es bastante similar. No hacemos alusión a lo que se vive hoy, entre los grupos terroristas que tienen a la zona en mención en constante riesgo. Sino que, el punto es querer saber el por qué Inglaterra puso sus ojos en la zona, y trato de ser juez y parte y termino al mas puro estilo Poncio Pilato.
El descontento árabe comenzó con los intereses del imperio Otomano, que vio en estas personas un peligro. No en vano años más tarde, misioneros europeos y norteamericanos invadieron la zona para instaurar sus sistemas, como una especie de colonización.
A los años posteriores los hechos políticos le fueron dando ciertos atributos al Medio Oriente, siendo catalogada después como una “zona de influencia”. Eso, tras finalizar la primera guerra mundial. Al ser un lugar especial, todos le quisieron sacar partidos, pero un punto era el eje: La religión. Y como en casi todo en la vida, si no hay una solución entre dos posiciones, la lógica indica que alguien debe dirimir. El problema es que nunca todos quedarán conformes, y eso es lo que corroboraron los árabes, con tratados que para los efectos de su interés fue un verdadero desastre.
¿De quién es la culpa? ¿De los ingleses, franceses o rusos? ¿De la guerra? ¿De las personas que negociaron? ¿Del exceso de confianza? Por ahora, nada de eso importa, porque la guerra está declarada y por el momento nada ni nadie puede detener a los grupos que hoy operan de ambos lados. Pero otra situación que no ha variado un milímetro, es el concepto de “zona de influencia” que hasta el día de hoy rige, y es mandatado por un actor muy especial: La política. Que lamentablemente, no es del todo perfecta.

MÁS ACTORES
Pero este conflicto tiene un hecho que marcó para siempre la historia del Medio Oriente. En el año 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas decretó la división de Palestina, en un estado judío y otro árabe. Si bien la idea nunca se llevó a cabo, el rechazo de los árabes fue evidente. Y traería consecuencias.
Un año más tarde (1948) el lugar sagrado, Jerusalén, sería ocupado por los intereses judíos, pero no fue hasta 1967 cuando toma el control absoluto (Israel) de esa localidad siendo un golpe letal para las aspiraciones árabes.
A eso hay que sumarle que con el paso de los años, tanto por el lado israelí como por el palestino surgieron líderes que contribuyeron a la violencia en el sector, que se focalizó en la franja de gaza, pro que tiene como lugar geográfico estrella a Jerusalén.
Hablamos de Ariel Sharon, quien desde muy pequeño se involucró con la causa judía, lo que años más tarde lo llevo a ingresar al ejército en el año 1942, seis años después combate en la guerra de la independencia, para posteriormente en 1953 fundar el comando 101operaciones especiales.
En 1967 combate en la guerra de los seis días, para finalizar su carrera en el ejército en 1973.
Su carrera en la política se inicia en 1982 como Ministro de Defensa, cargo que ostenta hasta un año más tarde. Per no fue hasta 1998, cuando asume como canciller, para finalmente llegar al máximo cargo de Primer Ministro Israelí, donde desarrolla toda su estrategia contra los palestinos, claro que también tiene gestos de nobleza, al reconocerlos como tal.
Mientras que por el bando contrario, esta Jaser Arafat, un hombre nacido en 1929, quien tras el dictamen de las Naciones Unidas, se rehúsa a reconocerlo e inicia su carrera contra los israelitas luchando contra ellos en 1947. Si bien en ese conflicto no salió victorioso, por el cual tuvo que irse a Egipto, posteriormente volvería a ser el máximo líder del pueblo palestino.
En 1968 es elegido presidente de la OLP, y en esa condición en el año 1974 llega hasta la ONU, con pistola y ramo de oliva en mano para dirigirse ante la comunidad.
En 1988 proclama la existencia de un estado palestino y al año siguiente es elegido como presidente.
1993 debe ser uno de los años más significativos en todo este conflicto, puesto que tanto Arafat como el estado de Israel se reconocen mutuamente, cambiando para siempre la figura política de ambos pueblos.
Claro que la violencia no se detuvo allí, pero en todo este proceso cabe hacerse algunas preguntas, tales como: ¿Por qué se continuó con esta lucha? ¿puede haber alguna razón para que la paz nunca se concrete? Hay razones, que van desde las conductas sociales a como han sido educados ambas culturas, que tienen cosas en común, pero por culpa del territorio son incapaces de llegar al tan anhelado acuerdo.
Israel a diferencia de Palestina es un estado. Como tal, tiene toda una red que lo sustenta. Al igual que los palestinos se basan en una religión, creencias y normas sociales, que para occidente son difíciles de entender.
Una de esas diferencias es que Israel tiene instituciones, como por ejemplo un Gobierno. Que trabaja en base a una economía, poderosa, teniendo como aliados a los norteamericanos por ejemplo, que a diferencias del mundo árabe o palestino son muy precarios y deben vivir en el más absoluto abandono, claro esta sin contar la ayuda de las naciones amigas.
Hoy por ejemplo, Israel cuenta con un desarrollo tecnológico que difícilmente puede igualar Palestina. La cantidad de armamento puede hacer que en cualquier minuto Israel se pueda deshacer del pueblo que día a día trata por destruirlo, pero no lo hace. Los motivos no son del todo claros.
Lo único cierto es que estas diferencias van a seguir desarrollándose por años, hasta que los grupos terroristas que operan para destruir al Estado Israelí cesen en sus intenciones y se busque una paz, claro que así como están las cosas, esa salida difícilmente llegue pronto.

LA VIOLENCIA
Si bien, el mundo internacional no ha estado ajeno a lo que ocurre el este conflicto, la violencia siempre ha sido una recurrente en estos territorios. Quizás el más emblemáticos es la Franja de Gaza, lugar que cuenta con una gran densidad de población donde se incluyen más de un millón de palestinos y casi 7 mil colonos judíos, donde existe en la actualidad un 38% de su territorio ocupado por campos de refugiados, y es común ver ataques terroristas en esa franja de tierra.
Pero si bien estos hechos se han hecho mas recurrentes hoy, uno de los primeros ataques se produjo el 12 de marzo de 1956, cuando un puñado de palestinos asesina a 12 personas en el interior de un autobús al ser de Israel. Doce años más tarde, una bomba explota en el mercado de Jerusalén, dejando un triste saldo de 13 personas fallecidas.
Eso del lado de los palestinos, pero Israel contesto esos ataques, y uno de lo más recordados ocurrió en 1986 en el Líbano dejando decenas de víctimas más.
En más de 60 años, estos dos pueblos se han enfrentado, dejando un saldo altísimo de víctimas fatales u deterioradas de por vida, todo gracias a la mala acción de sus representantes, que en primera instancia se odiaban, no se reconocían, pero que con el paso de los años y dando pie a la razón han ido superando sus diferencias – no todas claro está – pero han realizado gestos de relevancia para ellos mismo, su gente y el mundo.
Pero aún falta, grupos como Hamás, Hisbollah, la Jihad Islámica o líderes como Marwan Barghouti han dado pie a otros para formas grupos terroristas, que se escudan dentro de la violencia para desconocer al otro, y generando procesos como la Intifada que podrá tener sus razones muy bien fundadas para el pueblo palestino y árabe, pero que a su paso ha dejado más muertos, frustraciones que éxitos y alegrías.
¿Se puede vislumbrar alguna solución? Por el momento no. Mientras no se solucionen los temas territoriales eso jamás podrá tener un fin. Porque es casi imposible que Israel quiera deshacerse de su más preciado territorio: Jerusalén. Pero hay algo más, puesto que así como es difícil que lo anterior ocurra, también es muy poco probable que fracciones de sus poblaciones cambien sus normas de conducta, valores y principios para dejar de pelear por un pedazo de territorio sagrado al cual todos quieren tener soberanía.